Domingo, 12 de Diciembre de 2010
Como pudimos ver, esta ruta es bastante frecuentada por gente, entendemos del mismo Castro Urdiales y alrededores. Pocas veces, en nuestras incursiones nos hemos encontrado con gente abundante que siga el mismo camino. Lo de este día ha sido excepción. Coincidir con un grupo de niños y niñas (y sus padres) que subían al monte con alegría nos llenó de ilusión, puesto que entendemos que el alpinismo tiene un componente educativo muy importante para los primeros años de la vida de un niño.
El Pico Cerredo, de 644 mts. de altitud, sobre el nivel del mar, pero a escasos kilómetro y medio de la línea de costa, lo convierte en una magnífica atalaya desde la que contemplar amplias vistas: al Norte el mar, al Este la costa de Vizcaya, la entrada del puerto de Bilbao, al Oeste el Alto Candina, el Buciero y, hacia el interior, hacia el Sur, gran parte de las montañas de Cantabria. Y, aunque el cielo no estaba muy limpio, pudimos contemplar todo ello, en medio del bullicio de los críos, con los que coincidimos también en la cumbre.
La ascensión es bastante entretenida pues tiene de todo, pendiente, llano, pista, sendero, roca por la que trepar y muy fácil orientación, pues el Pico destaca, en solitario y muchos caminos conducen a él.
Al principio, partiendo desde las últimas casas de Allendelagua, se coge un camino, a la izquierda, y una vez superado el primer trecho, al llegar a campo abierto, la referencia, a la hora de escoger entre todos los caminos, es un pinar que asoma en la línea de cumbre. Una vez llegado a él, se sigue la pista que discurre a su lado hasta un menhir, erigido a la orilla del camino, y del que salen varios senderos, todos ellos a media ladera, y todos en dirección al Pico. Una vez llegado a un cruce de caminos, se tuerce a la derecha, por encima del primer escalón que hace el terreno, al pie de la montaña, se apura hasta casi el final de la braña, para girar a la izquierda (está señalizado) y atravesar un lapiaz, por la parte menos angosta, que nos llevará a un segundo escalón. Buscando a la derecha, encontraremos el acceso, señalizado en la roca, por donde ascenderemos, trepando, ayudándonos, incluso, con las manos, para llegar a la cumbre.
Descender lo hacemos por el mismo camino.
En total son unos diez kilómetros de marcha, con un desnivel a salvar de casi 600 mts.
Esta es la localización de la zona
Y este el esquema de nuestro recorrido
Dejamos atrás las últimas casas de Allendelagua por este camino que parte de lo alto del pueblo
Maxi se pregunta cuál de las peñas que tiene delante es nuestro destino
Le decimos que la de la derecha, la que asoma al fondo
El pinar que aparece arriba es el punto de referencia para orientarse entre todos los caminos existentes
Miramos atrás y descubrimos de dónde viene el bullicio creciente que oíamos
El trasiego de gente es grande. Los más madrugadores ya vuelven de regreso
Nosotros reponemos fuerzas
Reanudamos la marcha por la pista
Hasta llegar a este menhir, de donde parten varios senderos
Después del cruce de caminos y superado el primer escalón, apuramos por esta braña para encontrar el acceso al segundo
Atravesamos el lapiaz por la parte menos accidentada
Buscando el mejor acceso al último tramo
A la derecha, al fondo, deberá estar el acceso buscado
Y aparece, debidamente señalizado
Desde la cumbre, al Norte, el Mar Cantábrico
Al Este, Castro, en primer lugar, Vizcaya y el Superpuerto de Bilbao
Al Oeste, Sonabia, Alto Candina, Buciero
Al Sur y Suroeste, las montañas de Cantabria
En la cumbre, el bullicio de la chiquillería, compitiendo con los padres y madres, hablando a porfía
Componentes del Grupo Menditxiki posan para nuestro recuerdo
Nosotros buscamos el socaire y un poco de silencio para comer tranquilamente
La vuelta por esta apacible braña
Para volver al sendero original
Volvemos la vista atrás para repasar nuestro itinerario del tramo final
Al final, nos esperaba Allendelagua, el coche y el regreso