Grupo de Senderismo del SUC.
Asociación federada a la Federación Cántabra de Montañismo y Escalada
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Nota.

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martes, 3 de julio de 2012

PUENTE PUMAR - CUETU LA CONCILLA

Domingo, 1 de Julio de 2012.

Día cambiante, alternando ratos de sol (los menos) con nubes bajas que, al coger altura, se nos convertían en niebla.

Por lo demás, temperatura agradable para caminar.

La ruta comienza a unos 400 mts, nada más salir de Puente Pumar, dirección Uznayo. Una pista que arranca, a la izquierda, justo antes de unas naves de una empresa de explotación de turba.

Desde prácticamente el inicio, la pista comienza a subir y lo hará así, prácticamente hasta el final, el Collado del Hitón o de La Piedra Jincá, punto de separación entre las cuencas del Nansa y el Saja.

Al principio, la pista está hormigonada, pues es la parte más utilizada por los lugareños, hasta una zona denominada Los Hoyos, a un kilómetro y medio, aproximadamente del inicio. A partir de ahí, el piso es de tierra y grava y, arriba del todo, braña y pastizales de altura.

En el Collado del Hitón dejamos las mochilas y acometimos la subida al Cuetu La Concilla.

Como la climatología amenazaba niebla, comenzamos siguiendo, como referencia, el estacado que separa los términos municipales y que pasa por la misma cumbre. No obstante, a medida que subíamos, fuimos adaptando nuestra ruta al terreno, teniendo en cuenta que la visibilidad, la mayor parte del tiempo, no permitía una perspectiva suficientemente amplia. A dos tercios de la subida nos fuimos desviando hacia el Este, forma de superar la parte rocosa, antesala de la cumbre, y aprovechamos una pequeña canal que nos situaba, directamente en la parte alta del Cuetu. Desde allí, cumbreando llegamos a la marcada como cumbre, donde se encuentra un pequeño buzón, en el que depositamos “nuestra correspondencia”. Desde ahí, el descenso fue rápido, sin pararnos apenas en el Collado, pues aquí, la corriente de aire frio nos empujó, pista abajo, hasta encontrar un sitio más resguardado, donde comer.

El resto de la marcha fue desandar el camino andado.

El total del recorrido asciende a unos 17 kms., salvando un desnivel de 1.100 mts.

Esta es la localización de la zona

Y este el esquema de nuestro recorrido

Punto de arranque de la pista

Puente Pumar se nos presenta así, en cuanto nosotros cogemos un poco de altura

Al principio, la pista está hormigonada

A partir de aquí, sólo pueden circular los vehículos autorizados

Única desviación que puede ofrecer alguna duda, pues la que tenemos que seguir nos hace perder altura

Bajado hasta un pequeño puente por el que cruzamos un arroyo, volvemos a subir hasta Los Brañales, un conjunto de caseríos que parecen estar en uso

Poco más adelante, cruzamos otro arroyo, éste vadeándolo

Encontramos la "mesa" puesta, lo más adecuada para desdansar y reponer algunas fuerzas

"Un rayo de sol" que no sabemos "qué amor nos lo dio", pero resultó curioso

Pacientemente seguimos camino, con el Cueto de Los Escajos a nuestras espaldas

La floración de los arbustos, por estos parajes es espectacular y parece que aplauden a nuestro paso

El camino va cogiendo altura, a fuerza de vueltas y revueltas

La Concilla, al fondo, parecía prepararse para recibirnos con sol, para cuando llegásemos
Collado del Hitón o de La Piedra Jincá

Piedra que amenaza con desplomarse, aunque lleva así muchos años

Viendo que las nubes bajas iban a jugar con nosotros, empezamos a subir con la referencia del estacado

Mirando atrás, albergamos la esperanza de que el sol del Collado ascendiese con nosotros

El Collado de Sejos también peleaba con las nubes

Por esta pequeña canal ganamos la antesala de la cumbre

Cumbreándo, nos topamos con rocas talladas por la erosión, formando obras escultóricas como ésta

Este era el panorama con que nos encontramos al llegar a la cumbre

Foto, mensaje en el buzón y rápido para abajo

Ésta sería nuestra ruta de ascensión vista desde Sejos (la foto es de otro día)

La prisa por bajar no nos impedía "posar" junto a curiosos "monumentos" como éste

Dejado el Collado, junto a un regato que nos ofreció agua fría para los pies, comimos y descansamos

El resto del descenso fue ligero

En el puente, junto al arroyo que baña los Brañales, nos despedimos

Una buena jornada montañera, pero poco apropiada para los fotógrafos de paisajes

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