Grupo de Senderismo del SUC.
Asociación federada a la Federación Cántabra de Montañismo y Escalada
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Nota.

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lunes, 18 de octubre de 2010

TRAVESÍA POZOS DE NOJA - HOYO DE CASTREJÓN - LA CANTOLLA - MIRONES

Domingo, 17 de Octubre de 2010.

Quienes amamos la montaña tenemos la oportunidad de disfrutar de muchas cosas, del aire puro, de la amplitud de las panorámicas que da la altura, del contacto más directo con la naturaleza, de la superación de las propias limitaciones físicas y sicológicas mediante el esfuerzo… y de la camaradería si vamos en grupo, entre otras. Pero no siempre es posible disfrutar de todas al tiempo.

Este día, parecía, desde Torrelavega, que se presentaba bueno. Mirando para occidente el cielo estaba casi despejado del todo. Para oriente la cosa era distinta, pero pensábamos que se trataba de nubes que caminaban hacia el Este, como suele ser habitual en los últimos tiempos. Por eso no dudamos en partir.

Sin embargo, a medida que  avanzábamos hacia el Este y, más en concreto, hacia Liérganes y el valle del Miera, la cosa no se desarrollaba como pensábamos. Habíamos olvidado que en este valle las nubes se enganchan a los riscos y la niebla se acuesta en el fondo y hace falta mucho sol para que el cielo se despeje. Y no suele ser Octubre un mes apropiado para que eso ocurra.

No obstante, continuamos con el plan trazado, en la esperanza de que, al coger altura, el panorama cambiase. Pero no fue así. En esta ocasión disfrutaríamos sólo de nuestra capacidad para superar las adversidades y de la camaradería.

Dejamos un coche en Mirones. Y llegamos con los demás hasta las inmediaciones de los Pozos de Noja, nos pusimos los chubasqueros y comenzamos la travesía, entre la niebla y bajo un calabobos constante que nos acompañaría hasta dos tercios del trayecto.

Llegamos al Hoyo de Castrejón buscando alguna cabaña que nos permitiese asubiar un poco para tomar el acostumbrado tentempié. Como en ese paraje hay unas cuantas, no fue difícil encontrar alguna que estuviera abierta y en ella hicimos la primera parada.

Reanudada la marcha, y superado el Hoyo, cogimos la calzada empedrada que nos llevaría casi hasta La misma Cantolla. El camino era ahora más llevadero, porque, al menos, no pisábamos barro y, al estar despejado de árboles, no padecíamos los goterones que caen cuando el viento menea las hojas. Pero seguía lloviendo y dejamos de lado nuestro plan de acercarnos a la Nevera de Fiñumiga. A media bajada, volvimos a encontrar una cabaña abierta donde poder comer.

Después, y ya en la parte final de la bajada, hasta pudimos ver el sol a lo lejos.

Con el coche dejado en Mirones, los conductores volvimos a recoger los demás y acabamos, como siempre, tomando unas claras o cafés y degustando, esta vez, un suculento bizcocho cocinado por nuestro aprendiz de chef particular, David.

En total, poco más de seis kilómetros de recorrido, la mayor parte cuesta abajo.

Para ver el esquema de nuestro recorrido, nos remitimos a la entrada, en este blog, del 22 de Noviembre pasado (2009). El recorrido de la marcha de ahora va en dirección contraria, partiendo de Noja.

 Más que del frío era del agua de lo que había que protegerse. Pero no llevábamos paraguas

¿Nos obligaba alguien o íbamos por gusto?

Marchábamos en silencio, posiblemente pensando en el sentido que tenía seguir con el plan

"Esta gente tiene que tener algún motivo secreto para continuar en esas condiciones"

No hay ropa que proteja del agua completamente. Si te cubre por arriba te cala por abajo

Cabañas y más cabañas, la mayoría fuera de uso o en ruinas

La principal dificultad, en este trecho, lo ponían el barro y las piedras mojadas

Volviendo la vista atrás, el Hoyo de Castrejón nos despide agradeciéndonos la visita.

Superado el Hoyo, el panorama cambia bastante

Imagen típica de este entorno, piedra caliza y hoyos, y la vegetación desafiando la dureza del terreno

Esta senda empedrada, dicen, se construyó para llevar madera de los montes a la ferrería de La Cavada

Dudando qué hacer para comer, optamos por seguir hasta encontrar donde asubiar

Y lo encontramos. Con murciélagos y todo.

Después de reponer fuerzas, agradecemos a la cabaña el abrigo que nos ha prestado y le decimos adiós

Una estampa que se repite constantemente en estos parajes: la cabaña, el cierre de piedra, los arbustos, los árboles y, sobre todo, el verde

Por aquí ya empezábamos a ver un tímido sol por las laderas de enfrente

La Maza, La Mesa y El Tabladillo se interponen entre nuestra vista y el Puerto de Alisas

La Cantolla y su ostentoso "Hotel París", más ostentoso aún con el ridículo capirote que le han añadido a la torre

En La Cantolla nos hacemos la foto de despedida, una vez recuperada la sonrisa perdida

Los últimos 500 mts. son por carretera, hasta Mirones

Bajando, La Mota Grande de la Peña Yagos nos reta para una próxima ascensión

Y, dándole vueltas a esa posibilidad, con unas claras y el bizcocho, hasta mañana a las...