Domingo, 3 de julio de 2011.
Teníamos buenas referencias de esta ruta y, sobre el terreno, comprobamos que tenían fundamento.
La ruta discurre, en su primer tramo, paralela al Río San Esteban que da nombre al pueblo por el que pasa o viceversa. Parte de este pueblo, siguiendo un camino limpio al principio, que se reduce a una senda para caballerías que va atravesando un extenso helechal. Quizá esto último sea lo único molesto del camino.
Cuando se estrecha la garganta, zigzagueando, toma altura para continuar, todo él, al pie de los riscos de la Sierra Nedrina, con subidas y bajadas, el típico rompepiernas de los ciclistas, pero que, a pie, se agrdece, pues hace el caminar más variado. Todo el trayecto discurre por la margen izquierda, según baja el río, siendo el rumor del agua saltando en pequeñas cascadas el mejor acompañante sonoro del camino.
Este valle se encuentra flanqueado por dos sierras, la Sierra Cocón, al Sur, y La Nedrina, al Norte, que se unen en el nacimiento del río, formando un circo impresionante. Ambas sierras son muy escarpadas, sobresaliendo atrevidas formaciones rocosas, revestidas, en su parte baja, por exuberante vegetación. Son innumerables los picachos de los que es imposible dejar constancia nominal, pero que, para ello, valdrán las imágenes que recogimos.
Llagados al fondo del valle, a la Braña Sombejo, donde quedan aún restos de varias cabañas, giramos a la derecha y, salvando una acusada pendiente, ascendemos al Collado La Galabín, punto de separación y comunicación de este valle con el de Collantes, al Oeste. En el collado existe una charca que sirve de abrevadero para el ganado.
El Collado está al pie del Cuetu Murius o Cabezu Vigueras, que era nuestro objetivo, este día.
La ascensión al Cuetu se hace siguiendo senderos del ganado, girando, enseguida a la izquierda, buscando un paso que bordea la antesala del Murius, para girar a la derecha y aproximarse algo al borde occidental, sobre un cortado impresionante, culminando, por la arista, hasta llegar a la cumbre.
Ni qué decir que el panorama es maravilloso, con la Sierra del Cuera al Norte, Los Picos de Europa al Suroeste, La Pica del Sestón y Gamonal al Este, las estribaciones de la Sierra de Peña Sagra al Sureste, aunque al Sur el muro de la Sierra Cocón, sobre todo, nos impide alcanzar otras panorámicas.
La Vuelta la hicimos por el mismo camino. En total recorrimos unos once kilómetros, salvando un desnivel de 1.000 mts.
Teníamos buenas referencias de esta ruta y, sobre el terreno, comprobamos que tenían fundamento.
La ruta discurre, en su primer tramo, paralela al Río San Esteban que da nombre al pueblo por el que pasa o viceversa. Parte de este pueblo, siguiendo un camino limpio al principio, que se reduce a una senda para caballerías que va atravesando un extenso helechal. Quizá esto último sea lo único molesto del camino.
Cuando se estrecha la garganta, zigzagueando, toma altura para continuar, todo él, al pie de los riscos de la Sierra Nedrina, con subidas y bajadas, el típico rompepiernas de los ciclistas, pero que, a pie, se agrdece, pues hace el caminar más variado. Todo el trayecto discurre por la margen izquierda, según baja el río, siendo el rumor del agua saltando en pequeñas cascadas el mejor acompañante sonoro del camino.
Este valle se encuentra flanqueado por dos sierras, la Sierra Cocón, al Sur, y La Nedrina, al Norte, que se unen en el nacimiento del río, formando un circo impresionante. Ambas sierras son muy escarpadas, sobresaliendo atrevidas formaciones rocosas, revestidas, en su parte baja, por exuberante vegetación. Son innumerables los picachos de los que es imposible dejar constancia nominal, pero que, para ello, valdrán las imágenes que recogimos.
Llagados al fondo del valle, a la Braña Sombejo, donde quedan aún restos de varias cabañas, giramos a la derecha y, salvando una acusada pendiente, ascendemos al Collado La Galabín, punto de separación y comunicación de este valle con el de Collantes, al Oeste. En el collado existe una charca que sirve de abrevadero para el ganado.
El Collado está al pie del Cuetu Murius o Cabezu Vigueras, que era nuestro objetivo, este día.
La ascensión al Cuetu se hace siguiendo senderos del ganado, girando, enseguida a la izquierda, buscando un paso que bordea la antesala del Murius, para girar a la derecha y aproximarse algo al borde occidental, sobre un cortado impresionante, culminando, por la arista, hasta llegar a la cumbre.
Ni qué decir que el panorama es maravilloso, con la Sierra del Cuera al Norte, Los Picos de Europa al Suroeste, La Pica del Sestón y Gamonal al Este, las estribaciones de la Sierra de Peña Sagra al Sureste, aunque al Sur el muro de la Sierra Cocón, sobre todo, nos impide alcanzar otras panorámicas.
La Vuelta la hicimos por el mismo camino. En total recorrimos unos once kilómetros, salvando un desnivel de 1.000 mts.
Esta es la localización de la zona
Y este el esquema de nuestro recorrido
Partimos de este acogedor rincón, San Esteban de Cuñaba
Desandando unos cien metros por la carretera de acceso al pueblo, encontramos este indicador
Cruzamos este puente sobre el río que lleva el nombre del pueblo
Y, de un vistazo, contemplamos el sentido de la marcha
A nuestras espaldas, las estribaciones de la Sierra Cocón se desperezan tempraneras
El buen piso del camino y que todavía no calienta mucho el sol hace que marchemos con ganas
Cuando se estrecha la garganta, el camino tiene que coger altura y comienza a zigzaguear
Según vamos cogiendo altura, los riscos de la Sierra Cocón se levantan sobre nosotros
Los helechos empiezan a flanquearnos, ocultando casi la senda
Esta encina centenaria vigila complaciente que el camino, también centenario, no se borre
Los helechos y, si nos descuidamos, las garrapatas, no nos abandonarán durante un largo trecho
Pasos como este, los menos en todo el trayecto
Para completar el paisaje no podían faltar algunas pedrizas como ésta
Estos fantasmagóricos riscos son de la parte de Sierra Nedrina, la vertiente Norte del Barranco
Al Sur, Sierra Cocón. ¿Por qué la llamarán sierra?
Inmenso helechal donde los caminantes apenas si se divisan
Sólo por encontrar estas aguas tan cristalinas merece la pena esforzarse un poco
En la cabecera del barranco, la pared del centro se deja bañar por las primeras aguas del Reguero Sombejo. Estamos en la braña del mismo nombre
Los restos de invernales y los campanos que oímos de fondo nos hablan de tradición pastoril y ganadera
La charca de La Galabín no puede ocultar al pie de qué pico se encuentra
El macizo del Cuetu, visto de frente, se muestra más revelador que el reflejo de la charca
Llegar hasta el Collado ya es un logro y hay que celebrarlo
Después de sobrepasar la antesala, encaramos la parte final del Cuetu
Arrimándonos, con cuidado, al borde oriental, nos asomamos a cortados como éste
Ya en la cumbre, registramos que, al Este, se extiende la Sierra Nedrina
Al fondo, al Norte, la Sierra del Cuera, que parece va a ser rebasada por las "olas" del Cantábrico
Al Suroeste, el Macizo Central de los Picos de Europa, con el Picu Urriellu, provocador, en el centro
Esta imagen, con el paso del tiempo, seguro que nos traerá buenos recuerdos
Bajar hasta La Galabín, comer, descansar un poco y desandar el camino andado lo hacemos rápidamente, sin detenernos demasiado ante lo que ya damos por conocido
Antes de cruzar definitivamente el puente, nos despedimos del rumor del agua que tan placenteramente nos ha acompañado todo el camino
Todo un descubrimiento esta marcha, ¡sí señor!