Domingo, 15 de Mayo de 2011.
Después de haber homenajeado, la víspera, como desde hace años, en Beges, a los guerrilleros antifranquistas, y de haber dormido en Aliezo, en la casa de Los Señas, nos acercamos hasta San Pedro de Bedoya para, desde ahí, subir hasta la Braña de Los Tejos, junto al Collado de Pasaneu.
El día amanece lluvioso y sin visibilidad a partir de cierta altura. No obstante, nosotros iniciamos la marcha.
El itinerario no ofrece dificultad si se tiene claro que, después de haber recorrido un kilómetro y medio, aproximadamente, hay que abandonar el camino que sigue de frente, girar a la izquierda y pasar un puente sobre el Arroyo de Bedoya. Hasta ahí, el camino es bastante plano. Una vez pasado el puente se empieza a inclinar y, en continuas revueltas, va cogiendo altura.
No hay detalles concretos a resaltar, como no sea la gran extensión de bosque que, a medida que ascendemos, se va descubriendo ante nuestros ojos.
Quizás el aspecto más importante a destacar es el desnivel que la marcha, como quien no quiere la cosa, va salvando, algo más de 700 mts. hasta el Collado de Taruey, fin de nuestra ascensión. Cierto retraso en la hora de inicio, las condiciones meteorológicas y algún compromiso para la tarde de alguno de los componentes del grupo hizo que no alcanzáramos ni el Collado de Pasaneu ni la Braña de Los Tejos. Desde Taruey nos volvimos, iniciando el regreso.
Con ida y vuelta, nuestro recorrido cubrió una distancia de unos diez kilómetros.
Después de haber homenajeado, la víspera, como desde hace años, en Beges, a los guerrilleros antifranquistas, y de haber dormido en Aliezo, en la casa de Los Señas, nos acercamos hasta San Pedro de Bedoya para, desde ahí, subir hasta la Braña de Los Tejos, junto al Collado de Pasaneu.
El día amanece lluvioso y sin visibilidad a partir de cierta altura. No obstante, nosotros iniciamos la marcha.
El itinerario no ofrece dificultad si se tiene claro que, después de haber recorrido un kilómetro y medio, aproximadamente, hay que abandonar el camino que sigue de frente, girar a la izquierda y pasar un puente sobre el Arroyo de Bedoya. Hasta ahí, el camino es bastante plano. Una vez pasado el puente se empieza a inclinar y, en continuas revueltas, va cogiendo altura.
No hay detalles concretos a resaltar, como no sea la gran extensión de bosque que, a medida que ascendemos, se va descubriendo ante nuestros ojos.
Quizás el aspecto más importante a destacar es el desnivel que la marcha, como quien no quiere la cosa, va salvando, algo más de 700 mts. hasta el Collado de Taruey, fin de nuestra ascensión. Cierto retraso en la hora de inicio, las condiciones meteorológicas y algún compromiso para la tarde de alguno de los componentes del grupo hizo que no alcanzáramos ni el Collado de Pasaneu ni la Braña de Los Tejos. Desde Taruey nos volvimos, iniciando el regreso.
Con ida y vuelta, nuestro recorrido cubrió una distancia de unos diez kilómetros.
Esta es la localización de la zona
Y este el esquema de nuestro recorrido
Beges, colgado de la niebla de la víspera
El monumento que homenajea y recuerda a los guerrilleros antifranquistas
Después de pasar el puente sobre el Arroyo Bedoya, paraguas en mano, iniciamos la subida
El camino va buscando la altura a base de vueltas y revueltas
Una espectacular masa forestal se descubre ante nuestro ojos
Siguiendo el camino principal no hay pérdida
Este enorme invernal nos invita a parar y reponer fuerzas
Dejamos a la izquierda el camino que lleva a Salarzón
El paisaje se va abriendo, cerca ya del Collado de Taruey
Esta amplia braña marca la cima del Collado de Taruey, donde encontramos dos refugios
Uno más típico de los ganaderos de la zona
Y otro más moderno, con abrigo para el ganado y muy bien dotado
Descendiendo por el mismo camino, al final del trayecto, algún animal nos sale a despedir