Grupo de Senderismo del SUC.
Asociación federada a la Federación Cántabra de Montañismo y Escalada
Tlfno. 942893562
www.sindicatounitariodecantabria.org

Nota.

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viernes, 17 de junio de 2011

OJO! AL CAMBIO DE FECHAS

Con motivo de celebrarse en Santander una importante manifestación, convocada por el movimiento 15-M, y porque consideramos que, de seguir el calendario previsto para ese día, íbamos a andar muy justos de horario para cumplir con los dos compromisos, retrasamos las dos marchas anunciadas restantes una semana, de forma que la próxima de Porracolina, prevista para este próximo domingo, día 19, pasará al domingo siguiente, día 26. Y la del Cuetu Muríos al 3 de julio.

jueves, 16 de junio de 2011

SAN MARTÍN DE ELINES - LA LORA - MUÑETA - SAN MARTÍN DE ELINES

Domigo, 12 de junio de 2011.

La marcha asciende hasta el páramo de La Lora, discurre, en su mayor parte, por él, y desciende nuevamente al valle del Ebro. Es una ruta circular.

Lo único negativo es el largo desplazamiento en coche, desde Torrelavega hasta Polientes. Pero ello se ve compensado luego con la placidez de la marcha.

Partimos de San Martín de Elines. Hemos aparcado junto a su famosa colegiata. La ruta comienza ahí mismo.

Durante poco más de kilómetro y medio, el camino asciende de continuo hasta llegar al páramo. A medida que ascendemos, el valle del Ebro se abre ante nuestra vista. El paisaje es distinto del que estamos acostumbrados en Cantabria. A nuestras espaldas la meseta, el páramo, amplias planicies, ausencia de arbolado, caminos diáfanos.

Una vez llegado al alto, cogemos una pista que se dirige a Sargentes de La Lora y que abandonamos poco después de haber recorrido doscientos metros, girando a la derecha y encaminándonos hacia el borde del páramo. Desde sus proximidades volvemos a contemplar el valle, ahora con más amplitud.

Siguiendo los indicadores, vamos recorriendo “la costa” por navas y por terreno algo quebrado, acercándonos a la Peña Camesía, que bordeamos, puesto que nuestro destino es La Muñeta. Una vez alcanzada ésta, volvemos sobre nuestros pasos e iniciamos el descenso por una pista que, discurriendo entre las dos peñas, se dirige a Villota de Elines.
Terminado el descenso y un poco antes de entrar en este pueblo, cogemos un camino transversal que une Villota con San Martín, final de nuestro trayecto.

La distancia total recorrida es de unos once kilómetros, salvando un desnivel de trescientos metros, aproximadamente.

La marcha con buen tiempo, sin demasiado sol, resulta más que cómoda, apacible, dada la bondad del terreno, el silencio “ensordecedor” del páramo, sólo violado por los grillos y pajarillos lejanos y huidizos.

Esta es la localización de la zona

Y este el esquema de nuestro recorrido

La ruta comienza desde la parte alta de la plaza que está enfrente de la colegiata

Nada más salir del pueblo, cruzamos esta portilla

El camino, durante un kilómetro y medio, es de ascensión continua, hasta llegar a la meseta

A medida que cogemos altura, el valle se abre a nuestros pies

La subida acaba en El Tez, una de las puertas de la meseta desde esta zona

Ya en la meseta, cogemos, inicialmente, un camino dirección Sargentes, atravesando esa portilla

Después de unos cien o doscientos metros, giraremos a la derecha, campo a través

Siguiendo los indicadores

Atravesando las Navas de Tez, zona sin árboles, entre dos alturas, como dice el diccionario

El indicador nos encamina al borde de la meseta, hacia la Peña Camesía

Llegados al borde, nos asomamos sobre San Martín, nuestro punto de partida

El terreno se quiebra ligeramente, pero el caminar es cómodo


El sol ilumina, tímidamente, el esplendor del campo

Una y otra vez, contemplamos el paisaje sobrecogidos

Algunas piedras hacen el caminar más entretenido

El verde de la falda norte contrasta con la vegetación por la que nosotros venimos avanzando

En La Muñeta posamos para el recuerdo

Para bajar, buscamos la pista que separa la Peña Camesía de La Muñata

La pista baja contorneándose, al pie de la Peña

Y en dirección a Villota de Elines

Escudriñamos la pared, en busca de las buitreras, pero no las distinguimos

Buscamos la primera sombra para comer y reposar

Nos acercamos a las últimas curvas, siempre con la Peña sobre nuestras cabezas

Antes de entrar en Villota, cogemos un camino transversal que une este pueblo con San Martín

Con la Peña siempre al fondo, el camino, en su primer tramo discurre por terreno abierto

Para adentrarse en sotos bien sombreados que se agradecen al final de la ruta

Y, para terminar, el mejor premio