Grupo de Senderismo del SUC.
Asociación federada a la Federación Cántabra de Montañismo y Escalada
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Nota.

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lunes, 12 de diciembre de 2011

Picones de Sopeña: A LA QUINTA LA VENCIDA

Domingo, 11 de Diciembre de 2011.

A la quinta la vencida.

Los Picones de Sopeña han sido nuestra bestia negra. En nuestra primera aproximación desde Coteruteju, el tiempo sólo nos permitió llegar hasta la Bayorga Honda. Para la segunda lo intentamos desde La Concha. La tercera y la cuarta desde el Coteruteju. En las cuatro, la lluvia, la niebla o el viento, acompañando a las dos, nos impidieron llegar siquiera hasta la mitad.

En esta ocasión lo hemos hecho en sentido inverso, desde el Portillo de Oceju.

Pero lo hemos tenido que hacer “por sorpresa”, sin avisar, jugando al despiste, anunciando otra marcha. Estábamos convencidos de que los Picones “estaban confabulados” contra nosotros. Y, a la vista de cómo se presentaba el tiempo, decidimos, sobre la marcha, intentarlo  “a traición”. Dio resultado.

Siempre nos había parecido que ese cresterío tenía muchos atractivos, y hemos podido comprobar, sobre el terreno que, efectivamente, los tiene. Entorno agreste e imponente como son los montes pasiegos. Terreno muy accidentado. Subidas y bajadas. Arbolado. Lapiaz…Todo ello hace que la travesía resulte muy entretenida y sin dificultad real si se camina con prudencia.

Dejamos un coche en La Concha y fuimos con el otro hasta Bernallán. Desde aquí, por los caminos que unen las cabañas del Cuadradal, o cruzando por los prados, llegamos hasta el Portillo de Oceju, punto de arranque de nuestra travesía, que haremos dirección Sur-Norte. Encaramos el Pico del Haya, La Zamina, el Alto Sopeña, todos los intermedios, para finalizar en la Bayorga Honda. Desde aquí, descendemos, cortando al Noreste, hasta encontrarnos con una pista que viene del Coteruteju y que se adentra en una zona de hayas y lapiaz y que va a desembocar cerca del kilómetro 21 de la carretera a Lunada. De ahí, por la carretera, bajamos a coger el coche dejado en la Concha para, con él, recuperar el de Bernallán.

Día completo. Buen tiempo para caminar, nublado, pero con buena visibilidad sobre el horizonte. Y hasta sol, a ratos, a partir del mediodía.

El recorrido es de unos 9 kms., con un desnivel, al punto más alto de 450 mts. si bien el desnivel acumulado, por las continuas subidas y bajadas, es bastante mayor.

Esta es la localización de la zona

Y este el esquema de nuestro recorrido

Dejamos el coche en Bernallán

Emprendemos la marcha, saltando de camino prao y de prao a camino


Poco a poco vamos cogiendo altura

Llagamos al Portillo de Oceju

La vertiente Norte se abre ante nuestros ojos. Divisamos La Capía

Encaramos el Pico del Haya

Volvemos la mirada sobre un recién nacido Río Pas y su Valle

Atrás queda el Portillo, separándonos del Picón de Los Lastreros

Pasado el Pico del Haya, nos paramos a repostar

Y remprendemos la marcha, camino de La Zamina

A pesar del día nublado, la visibilidad es bastante buena

A medida que avanzamos, vamos descubriendo lo que queda a nuestras espaldas. Los Lastreros, La Mota de Cucolobrero, La Miel...

A nuestros pies, cabañas en las lugares más inverosímiles

Mirando hacia delante, contamos las crestas que nos quedan

El sube y baja es constante y divertido

Los últimos picones ya están más cerca

El Pico de La miel y la Torcaverosa

Al fondo, Porracolina. Delante Los Picones de Callejo Albira

La sierra sigue jugando con nuestras piernas

 Miramos de frente y contamos los picones que nos quedan por recorrer

 Y vemos el Coteruteju, y Las Enguinzas, al fondo

 En este último tramo el terreno se encrespa más y los pasos estrechos y los cortados son más frecuentes
  

 

 Recorrida la mayor parte, comemos en uno de los múltiples rincones que ofrece el terreno

 Reemprendida la marcha, nos acercamos al último escollo, La Bayorga Honda

 En cuya falda nace el Río Pisueña y comienza su vistoso valle

 Al Este, al final de la sierra, un amplio lapiaz marca el límite, dejando formas tan caprichosas como éstas

 "Lo hicimos". Nuestra satisfacción se debe, sobre todo, a haber encontrado, por fin! la oportunidad de hacerlo

 La pista que viene del Coteruteju nos ha adentrado en este lapiaz, flanqueado por hayas y acebos

 Y pasamos junto a formaciones rocosas tan singulares como éstas

Al final de este tramo, asomamos a la carretera, última parte de nuestro recorrido 

 Ya en la carretera, echamos la vista al frente, subyugados por el efecto del sol de la tarde sobre las crestas de Los Picones de Callejo Albira, que nos está invitando a una nueva ruta

 Por último, una mirada atrás de despedida a este entorno tan maravilloso

 Traemos aquí, a colación, esta otra imagen provocadora de los Picones, tomada desde Pisueña, en otra ocasión, para justificar nuestro empeño por llevar a cabo su travesía.


lunes, 5 de diciembre de 2011

POR LA CUENCA DEL RÍO VIAÑA

Domingo, 4 de Diciembre de 2011.

Ruta de exploración con final conocido.

Nuestra intención era conocer el curso del Río Viaña y sus alternativas para una marcha de promoción infantil. Teníamos controlada parte de la ruta, en base a cartografía y comentarios leídos, desde Viaña hasta el llamado Vado de Picoldorro, cerca del cual, en una braña, encontramos un amplio caserío en explotación. Hasta este punto discurre una pista de apenas desnivel, más o menos próxima al curso del río.

Lo que descubrimos, a partir de ahí, fue un camino, al principio ancho y fácil de transitar que, a medida que avanzamos, se iba estrechando e incluso cerrando por algunos tramos y, sobre todo, acercándose al cauce del río. Ello permite descubrir sus cascadas, rápidos y chorros, algunos de gran belleza y espectacularidad, así como múltiples rincones donde descansar. Por él nos aventuramos, sin perder de vista que nos acercábamos inevitablemente a un punto donde habría que elegir entre el retorno por el mismo camino o la trepada, ladera arriba para salir del profundo cauce.

En un momento puntual, en que las laderas que vierten al cauce se estrechaban sobre él, abandonamos el tramo final del río principal, adentrándonos por uno de los afluentes de su margen izquierda, el Sel de La Canal.

Inicialmente seguimos junto al arroyo, aunque enseguida comenzamos a tomar altura para salir a la parte alta de la cuenca, “amaneciendo” en Braña Mayor. A partir de aquí, el camino era conocido: Mazarredonda, Zarzamorosa, el Alto de La Silla y la pista que baja, zigzagueando hasta Viaña.

La mitad del itinerario, por desconocido, no estaba previsto, pero lo propicio del día, la buena temperatura y el interés de lo que íbamos descubriendo hicieron que nos animásemos a completar el circuito tal y como resultó.

El circuito, al final, supuso recorrer 13,5 kms., salvando un desnivel de 550 mts.

El reportaje fotográfico es, sobre todo, un homenaje al Río.

Esta es la localización de la zona

Y este el esquema de nuestro recorrido

Un único obstáculo: este vado hormigonado que bien podía haber sido un pequeño puente


Empieza "la compañía" del río

Por las alturas se nos anunciaba lo que iba a ser el día: sol radiante

La delicadeza del colorido del bosque otoñal en la penumbra de las primeras horas del día

Junto al Vado de Picoldorro, esta revuelta nos plantará junto al caserío mencionado

El sol nos ilumina, por momentos

El caserío... y la luz

Sin llegar al caserío, a la derecha, parte la segunda parte del recorrido junto al río

La primera parte es un camino ancho y bien marcado


Y, aquí, comienza el festival de imágenes del río


El camino es más estrecho, pero cómodo para andar


El río sigue con su particular "exposición" de obras de arte




La margen izquierda del Sel de La Canal es un verdadero muro


A medida que nos acercamos a la cabecera, buscamos la salida ascendiendo por la margen derecha


El nacimiento, claramente sale de las entrañas de la montaña


Una vez arriba, el paisaje se expande en todas direcciones. La Concilla con las primeras nieves


Superada la parte más costosa, es el momento de descansar y comer


Y de emprender el regreso


Acercándonos a Zarzamorosa, con las Sierras de Peña Sagra y Cocón de telón de fondo


El sol de la tarde aparece y desaparece a nuestros pies


Y pinta estos cuadros fantásticos




Al final, con la tarde, nosotros también caemos sobre la sombriega Viaña

Un circuito inesperado pero muy atractivo