Sábado, 2 de enero de 2010
Por fin, un resquicio en la climatología nos ha permitido llevar a cabo este circuito, suspendido dos veces antes por causa del mal tiempo. El tiempo no acompañaba mucho, pero el día nos respetó y resultó cómodo para andar.
El Monte Canales es uno de los más importantes robledales de Cantabria, con una extensión de 50 Has. aproximadamente. Situado a espaldas de la Peña Orcenal y protegido por ella de los vientos del Noroeste, ofrece un aspecto impresionante, incluso en invierno, como hemos podido comprobar nosotros.
Partimos de Silió, a eso de las diez y media, cogiendo una pista que comienza al final del pueblo. El circuito está bien señalizado a lo largo del camino. No obstante, nosotros daremos algunas indicaciones sobre el terreno.
La pista, al principio, está asfaltada y/u hormigonada, para pasar, después a firme de grava o tierra e, incluso, empedrado. Dado que recientemente ha nevado por aquí, aunque no quedan restos de nieve, lo que sí hay es bastante barro. La ascensión es suave, en términos generales, aunque, de vez en cuando, nos encontremos con algún repecho. La mayor parte del trayecto discurre con el río Erecia a nuestra derecha, aunque hayamos tenido que cruzar varios puentes, cambiando de lado su discurrir.
Transcurrido unos 5,5 kms. llegamos al Refugio Canales, donde tomamos el consabido tentempié. Reanudado el camino, cruzamos por dos veces más el río y, a unos 1.200 mts. del refugio, abandonamos el camino principal, cogiendo una desviación a la derecha, perfectamente indicada y, a partir de ahí, subimos por camino de monte, zigzagueando, vadeando algún arroyo, pisando bastante barro, hasta llegar a zona de helechos y escajos y a las primeras brañas. En una de ellas encontramos una pequeña caseta, junto a las ruinas de un invernal, en la que pensábamos comer, pues soplaba un airecillo bastante frío y era necesario buscar abrigo. Pero la caseta era muy pequeña, estaba en bastante mal estado y no nos invitaba a quedarnos. Optamos por seguir camino pues, por otra parte, todavía era pronto para comer. Era la una y cuarto.
Después de caminar unos cuantos metros, en dirección Norte, llegamos a una amplia braña, en la divisoria entre el valle del río Erecia y el ancho Valle de Iguña, con Molledo, Santa Olalla, Bárcena y, sobre todo Obios, Cuetu Navajos y Monte Corona enfrente, la airosa Peña Orcenal a nuestra derecha y el Picu Jano y el Ureño a la izquierda. Este ha sido el punto más alto de nuestro recorrido. A partir de aquí, todo ha sido bajar, primero por senderos, siguiendo la cerca divisoria de aguas, y, después, por pista, encaminándonos hacia una explotación ganadera, no sin antes haber pasado por una portilla, al pie de la Peña Orcenal, y coger camino a la izquierda.
A poco de empezar la bajada, y después de llevar recorridos unos doce kilómetros, pasada la explotación ganadera, nos encontramos con la Cabaña de los Llanos, un refugio muy cuidado, equipado con detalle, donde comer fue una delicia, pues pudimos encender la chimenea y todo.
A partir de aquí, todo consiste en seguir la pista, aunque se pueden elegir otras opciones, como bajar campo a través, seguir sendas del ganado, pero siempre buscando la dirección de Silió, que aparecía al fondo, hacia el Norte. En un cruce de caminos, coger el adecuado, rodear el Cuetu de Pando, que dejamos a nuestra izquierda, entrar por una desviación a la derecha, próxima a la primera casa que encontramos, y seguir un camino que, por la mies, nos va abriendo paso, esa es la elección correcta. Cruzar varias portillas, hasta llegar a un tramo asfaltado que, en fuerte pendiente, nos lleva hasta nuestro punto de partida, es el remate.
Total: casi 17 kms. de recorrido, salvando un desnivel máximo de 600 mts. a un 7%, aproximadamente, de pendiente promedio.
Por fin, un resquicio en la climatología nos ha permitido llevar a cabo este circuito, suspendido dos veces antes por causa del mal tiempo. El tiempo no acompañaba mucho, pero el día nos respetó y resultó cómodo para andar.
El Monte Canales es uno de los más importantes robledales de Cantabria, con una extensión de 50 Has. aproximadamente. Situado a espaldas de la Peña Orcenal y protegido por ella de los vientos del Noroeste, ofrece un aspecto impresionante, incluso en invierno, como hemos podido comprobar nosotros.
Partimos de Silió, a eso de las diez y media, cogiendo una pista que comienza al final del pueblo. El circuito está bien señalizado a lo largo del camino. No obstante, nosotros daremos algunas indicaciones sobre el terreno.
La pista, al principio, está asfaltada y/u hormigonada, para pasar, después a firme de grava o tierra e, incluso, empedrado. Dado que recientemente ha nevado por aquí, aunque no quedan restos de nieve, lo que sí hay es bastante barro. La ascensión es suave, en términos generales, aunque, de vez en cuando, nos encontremos con algún repecho. La mayor parte del trayecto discurre con el río Erecia a nuestra derecha, aunque hayamos tenido que cruzar varios puentes, cambiando de lado su discurrir.
Transcurrido unos 5,5 kms. llegamos al Refugio Canales, donde tomamos el consabido tentempié. Reanudado el camino, cruzamos por dos veces más el río y, a unos 1.200 mts. del refugio, abandonamos el camino principal, cogiendo una desviación a la derecha, perfectamente indicada y, a partir de ahí, subimos por camino de monte, zigzagueando, vadeando algún arroyo, pisando bastante barro, hasta llegar a zona de helechos y escajos y a las primeras brañas. En una de ellas encontramos una pequeña caseta, junto a las ruinas de un invernal, en la que pensábamos comer, pues soplaba un airecillo bastante frío y era necesario buscar abrigo. Pero la caseta era muy pequeña, estaba en bastante mal estado y no nos invitaba a quedarnos. Optamos por seguir camino pues, por otra parte, todavía era pronto para comer. Era la una y cuarto.
Después de caminar unos cuantos metros, en dirección Norte, llegamos a una amplia braña, en la divisoria entre el valle del río Erecia y el ancho Valle de Iguña, con Molledo, Santa Olalla, Bárcena y, sobre todo Obios, Cuetu Navajos y Monte Corona enfrente, la airosa Peña Orcenal a nuestra derecha y el Picu Jano y el Ureño a la izquierda. Este ha sido el punto más alto de nuestro recorrido. A partir de aquí, todo ha sido bajar, primero por senderos, siguiendo la cerca divisoria de aguas, y, después, por pista, encaminándonos hacia una explotación ganadera, no sin antes haber pasado por una portilla, al pie de la Peña Orcenal, y coger camino a la izquierda.
A poco de empezar la bajada, y después de llevar recorridos unos doce kilómetros, pasada la explotación ganadera, nos encontramos con la Cabaña de los Llanos, un refugio muy cuidado, equipado con detalle, donde comer fue una delicia, pues pudimos encender la chimenea y todo.
A partir de aquí, todo consiste en seguir la pista, aunque se pueden elegir otras opciones, como bajar campo a través, seguir sendas del ganado, pero siempre buscando la dirección de Silió, que aparecía al fondo, hacia el Norte. En un cruce de caminos, coger el adecuado, rodear el Cuetu de Pando, que dejamos a nuestra izquierda, entrar por una desviación a la derecha, próxima a la primera casa que encontramos, y seguir un camino que, por la mies, nos va abriendo paso, esa es la elección correcta. Cruzar varias portillas, hasta llegar a un tramo asfaltado que, en fuerte pendiente, nos lleva hasta nuestro punto de partida, es el remate.
Total: casi 17 kms. de recorrido, salvando un desnivel máximo de 600 mts. a un 7%, aproximadamente, de pendiente promedio.
Este es el esquema de nuestro recorrido
Una de tantas bifurcaciones
Entramos en uno de los robledales más importantes de Cantabria
En primavera tiene que ser el no va más
El Refugio Canales, con dos puertas, una para las personas y otra de almacén para el ganado
Jugamos, una y otra vez, con el río, cruzando los sucesivos puentes
Otra bifurcación
Y otra
El camino, a ratos empedrado, recuerda a los antiguos caminos carreteros
Abandonamos el camino principal en un punto clave para poder cerrar nuestro circuito
A partir de aquí, se trata de ganar altura, a veces a derecho, otras zigzagueándo
Todos coincidimos en que, en primavera o verano, tenemos que volver
Empezamos a encontrar zonas abiertas de helechos y escajos
Vadeamos el último arroyo, en la parte Sur del recorrido, antes de llegar a lo más alto del mismo
La inmunda caseta, junto al invernal derruido
Llegamos a la parte más alta, seguimos el estacado y nos aproximamos a la Peña Orcenal
A nuestra izquierda, el panorama se abre
El Valle de Iguña abajo, la otra vertiente al fondo
La Peña Orcenal que nos esperará tentadora hasta otro día en que haga menos viento
Una de tantas portillas que encontraremos a partir de ahora
Después de pasar junto a una explotación ganadera, nos esperaba la sorpresa: La Cabaña Los Llanos
Nos vino de perlas para reponer fuerzas y calentarnos un poco
Continuamos el descenso, unos por la pista
Otros, campo a través
Todos llegamos a un punto clave, este cruce. El camino que sube de frente nos llevará a Silió
Seguimos siempre de frente
Bordeando el Cuetu de Pando
Hasta coger esta desviación que, adentrándonos en la mies, nos llevará directamente a Silió
Después de una dura pendiente, Silió se nos presentaba al alcance de la mano
Aunque no haya constancia gráfica, paramos en Helguera a tomar las claras y cafetucus de rigor.