Domingo, 25 de Abril de 2010
Con mucha curiosidad por conocer estos rincones poco nombrados, pero atrayentes, por su sola denominación, nos planteábamos esta marcha.
Pero, por segunda vez nos ha ocurrido lo mismo: equivocarnos a la salida del pueblo, guiándonos sólo por la orientación general, pero no acertando con el camino de inicio.
No obstante, el conjunto de la marcha ha resultado interesante. No llegamos a la Cuenca Búcer, aparentemente la más espectacular, pero sí a la Vítor, cuya espectacularidad nos daba una idea de lo que podía ser la otra.
Además, sirvió para que abundásemos en nuestro error el indicador que hay a la entrada de la Cuenca Vítor, donde se ve marcada una flecha en una dirección, debajo del nombre, como si para ir a la Cuenca Vítor había que seguirla. Hasta llegar aquí ya habíamos detectado que el camino que estábamos llevando no coincidía con la información que habíamos recopilado antes. Pero una vez adentrados en el monte, si es la primera vez que lo andas, no es muy fácil corregir. Lo cierto es que nos dejamos llevar por una orientación muy general que, por supuesto, nos servía para saber en qué dirección teníamos que encontrar el camino de vuelta para cerrar el circuito.
En el esquema se detalla el camino previsto (con puntos) y el realmente andado. Una vez llegados a las Cabañías, se trata de ir descendiendo en dirección Norte, atravesando los riachuelos que van a dar al Híjar, que discurre por el fondo del valle.
Posiblemente, el camino previsto de acceso a la Cuenca Búcer hubiera sido más cómodo que el último tramo recorrido para llegar a Vítor. Pero, lo pasado, pasado está. En otra ocasión, quizás en verano, interese volver para corregir el error y gozar nuevamente del espectáculo, además con un paisaje más florido.
El desnivel a salvar, en nuestro recorrido, es de 450 metros. Y el total de distancia a recorrer de unos catorce kilómetros.
Esta es la localización de la zona
Y este el esquema de nuestro recorrido
Cogimos el camino, a la izquierda, cuando teníamos que haber cogido el de la derecha
Aunque el barro no invitaba, debíamos coger el camino de la izquierda
Suspiramos por que llegue la primavera de una vez, para ver los bosques frondosos
Remontado el bosque, nos acercamos a una braña, desde don vemos ampliarse el panorama
Allí, parece indicar Maxi. Pero allí no estaba la cuenca que buscábamos
Con lo poco que a algunas les gusta cruzar los ríos... y encima no era por aquí...
Antes de enmendar nuestro error, reponemos algo las fuerzas
Vueltos sobre nuestros pasos, encaramos por la vía más recta
Los entendidos distinguieron que la rana era vermeja
Mirando hacia atrás, se ve claramente, a la izquierda, el camino por el que ascendemos
No todos suben al mismo ritmo, pero todos suben
Llegamos a Cuenca Vítor, pensando que era la Búcer. Pero el espectáculo era el mismo
Aguas cristalinas, donde nuestros amigos de los bichos, rápidamente encuentran un tritón
Estamos en la boca de desagüe de un circo glaciar
Interpretamos que la flecha blanca nos indica el camino de Vítor, cuando ya estábamos en ell
Dócilmente, seguimos la dirección de la flecha
Aunque hay quien sigue enamorado del lugar y se resiste a continuar
Siguiendo el camino, sin pérdida, llegamos a Cabañías, donde encontramos este refugio
La mano del "sapiens" tien que estar detrás de la colocación de estos bloques
En nuestro vocabulario particular, braña significa descanso para los pies
Aunque el refugio no está del todo mal, preferimos acomodarnos fuera para comer
Cogiendo un poco de altura, se ve cómo el camino rodea la braña
Una vez comido, huímos de la niebla amenazante
En el fondo del valle, Reinosa emerge fantasmal, entre la bruma
Después de cruzar el arroyo La Pradía, remontamos la loma, en busca del siguiente arroyo
Avanzamos en sentido transversal a los arroyos
Seguimos el estacado que se interpone en nuestro camino, hasta que encontramos el paso
Después de cruzar el Parralozas, remontamos otra loma para bajar, ya, en dirección a Mazandrero
La flecha, esta vez, no nos engaña
Esta es una de "las puertas" de Mazandrero: "Para tu caballo y mírala", como haría Carlos III
La señorial fuente de Mazandrero es el mejor marco para la instantánea final
Si alguien se anima, así encontrará la Cuenca Búcer en el verano. Una pasada ¿no?
A nosotros, nos han quedado unas ganas enormes de volver.