Nuestro objetivo era subir al Pîcu Jano para disfrutar de sus inigualables vistas. Sin embargo, y dado que la climatología no lo permitió, optamos, después de cumbrear el Jano, por buscar otras opciones de bajada, un poco a la aventura, que nos llevó a recorrer varios de los pueblos de esta vertiente del término municipal de Vega de Liébana.
Para ello, partimos de Dobarganes, por una pista inconfundible que parte justo a la entrada del pueblo, junto a la parada de autobús. La pista asciende de manera uniforme en cuanto a pendiente, salvando la mayor inclinación del terreno de alguna de sus partes, con varias revueltas. Después de la última de éstas viene la primera sorpresa: nos asomamos al valle del Deva y avistamos, de golpe, con los Picos de Europa. Es una “aparición” impresionante. Pero ésa no fue nuestra suerte, esta vez. El cielo estaba encapotado y las nubes bajas ocultaban las mejores vistas.
Una vez alcanzado este mirador, el camino es casi recto, hasta la cumbre y hasta el gran mirador desde el que, en condiciones de cielo despejado, se contemplan los macizos Central y Oriental de los Picos, como si de un escaparate se tratara. Pero, repetimos, no fue esta nuestra ocasión para disfrutar de tanta belleza.
A la vista del panorama, y después de esperar un tiempo, para ver si levantaba la niebla, optamos por iniciar el regreso, pero explorando nuevos caminos. La verdad es que caminos no paramos de encontrar, corriendo el riesgo, más de una vez, de coger el equivocado. Pero el riesgo se reducía a que nos alejásemos demasiado del punto de retorno, de forma que no nos diese tiempo de volver, Pero, ese riesgo era mínimo, ya que teníamos claro dónde se situaba nuestra meta y contábamos, por tanto con una orientación general.
En ese caminar, aparentemente errante, anduvimos por pistas, senderos de ganado claramente marcados, pero también tuvimos que atravesar por zonas de monte bajo, pobladas de escobales y otros arbustos, donde el camino quedaba cubierto y ofrecía alguna dificultad. Llegamos al pueblo de Toranzo, pasamos por Bores y, con las indicaciones de algún paisano, nos encaminamos a Enterrías y, de aquí a Dobarganes.
En total, unos 16 kilómetros de recorrido con un desnivel, desde Dobarganes a Picu Jano, de 400 metros. De ahí en adelante todo fue bajar, salvo el tramo entre Enterrías y Dobarganes.
Esta es la localización de la zona
Y este el esquema de nuestro recorrido
Ya en la cumbre del Jano. Del ascenso por la pista no hay nada que reseñar
En uno de los caprichos de la cumbre, Jose nos ofrece lo que parecería un monteje de Photoshop
Desde el mirador, contemplamos los monumentos que ha colocado aquí la Madre Natura
La ventana de roca está abierta, pero la cortina de niebla apenas si nos deja ver un poco del panorama
Comenzamos nuestra aventura de explorar caminos desconocidos
Pasando el Portillo del Angrajal, llegamos a una zona de restos arqueológicos megalíticos
Nos encaminamos, siguiendo la pista, hacia Los Corros
Y dejaremos Valmedián, a la izquierda, abandonando la pista, y cortando a la derecha
Antes, nos dejamos sorprender por estos ejemplares de seta y por nuestra ignorancia micológica
Estos celajes nos tienen enamorados de siempre
A media ladera, por su falda oeste, buscamos bordear esta cresta
Después de doblar bruscamente en la arista de la cresta, y de descender, abriéndonos camino entre los arbustos, encontramos esta pista que, sólo por el contraste con el tramo anterior, cogemos gustosos
Franquear esta portilla nos llevará hasta Toranzo
A donde llegamos por su parte más alta
La Peña Dobres nos vigila, en gran parte del trayecto, pero nosotros la usamos como referencia
Comemos cómodamente sentados, hasta con mesa, aunque sin mantel
Hemos llegado a Bores y, de aquí a Enterrías, tomamos un camino que parte junto a la iglesia
En Enterrías nos indican que, junto a la iglesia, nace una pista que lleva a Dobarganes
La pista hasta Dobarganes fue lo más duro del recorrido, por la pendiente, por la hora y porque el sol hizo su aparición en algunos momentos
La Peña Dobres sigue controlándonos a escondidas
Ambos caminos llevan a Dobarganes y cogemos el de la izquierda que parece más corto
Y volvemos a Dobarganes, esta vez, por el otro extremo del pueblo