Domingo, 8 de Abril de 2012.
La ruta al Alto Abedules es una de esas que, con buen tiempo, resulta un paseo, asequible a toda la gente a la que nosotros invitamos habitualmente.
Es una senda de ida y vuelta, por el mismo camino, casi todo ella por pista, en buen estado, y que sólo unos doscientos metros antes de la cumbre, abandonamos para culminar por senderos de ganado, muy fáciles de seguir.
El desnivel es apenas perceptible, unos doscientos metros, en una distancia de siete kilómetros de ida, una pendiente del 3%. Con la vuelta, el recorrido total es de catorce kilómetros.
Por su altitud, en días de cielo despejado, las vistas, alrededor, abarcan gran parte de los montes de Cantabria. Esta vez no ha sido el caso.
La ruta al Alto Abedules es una de esas que, con buen tiempo, resulta un paseo, asequible a toda la gente a la que nosotros invitamos habitualmente.
Es una senda de ida y vuelta, por el mismo camino, casi todo ella por pista, en buen estado, y que sólo unos doscientos metros antes de la cumbre, abandonamos para culminar por senderos de ganado, muy fáciles de seguir.
El desnivel es apenas perceptible, unos doscientos metros, en una distancia de siete kilómetros de ida, una pendiente del 3%. Con la vuelta, el recorrido total es de catorce kilómetros.
Por su altitud, en días de cielo despejado, las vistas, alrededor, abarcan gran parte de los montes de Cantabria. Esta vez no ha sido el caso.
Esta es la localización de la zona
Y este el esquema de nuestro recorrido
A pocos metros de la C - 625, en una desviación a la izquierda, dirección Espinilla, dejamos los coches
El día se presentaba frío e incierto
Alternando claros con cielos plomizos
La Cruz del Alto de Fuentes asoma tras la loma
En llegando al multicruce, seguimos de frente
Enseguida encontramos un refugio, pero el tiempo agradable nos invita a comer fuera
Algunos neveros salteados flanquean el camino
Esta desviación hay que tener en cuenta
Avistamos el cordal del Tambuey, Cabreos y Mediajo Buelna, de reciente travesía
El Pozo Rojo, hoy huérfano, sorpresivamente, de ganado
Al fondo, nos espera ya el Abedules
Abandonamos la pista y ascendemos, por senderos, los últimos doscientos metros
Entre la amplia panorámica, nos reencontramos con Pagüenzo
Y El Horniceru, y Óbios
A falta de mejor refugio, nos acomodamos en éste rudimentario para reponer fuerzas y descansar
De vuelta, hasta nos dio algo el sol
Como un brindis, pero sin copa, Pedro hace los honores de la montaña
Antes de partir, saludamos al Valle Campóo con el Endino al fondo
Aunque no estamos teniendo muy buen tiempo, que digamos, nosotros seguimos disfrutando
No hay comentarios:
Publicar un comentario