Domingo, 7 de Setiembre de 2014.
Otro día espectacular. Y Alto Campóo, en este tiempo, lo está siempre.
El arranque de la marcha es un paseo, muy llano y con buen piso. Hasta llegar al fondo del pequeño valle, donde se eleva el Cueto Orbaneja.
Una vez llegado al final del valle, abandonamos la pista y comenzamos el ascenso hasta el cordal que conforma el Cueto. Tenemos que travesar un bosque, mayoritariamente de pinos, salteado de pequeñas brañas, hasta que, una vez cogida cierta altura, el bosque termina y lo que abundan son los escobales. Arriba, en la cumbre, pastos de montaña y abundante ganado.
Cumbreamos todo el cordal hasta llegar al punto más alto, desde donde descendemos al Collado de Rumaceo. Aquí cogemos una pista que nos llevará serpenteándo hasta el fondo del valle, donde recuperaremos la pista del tramo inicial.
El recorrido total es de unos 15 kms. salvando un desnivel de 550 mts.
Esta es la localización de la zona
Y este el esquema de nuestro recorrido
Establecemos nuestro primer contacto visual con nuestro destino: El Cueto de Orbaneja
El sol y una suave brisa convertían el caminar en pura delicia
Al llegar al bosque del fondo comenzaremos la ascensión
Una vez abandonada la pista, y después de haber cogido altura, volvemos la vista atrás
El arroyo que discurre por el fondo del pequeño valle, cerca de su nacimiento
Entre pinos, acebos y escobales, siguiendo veredas de ganado
Hasta salir a cielo abierto, muy azul, como suele ser en esta época del año
¿Una aglomeración caprichosa de la Madre Naturaleza o resultado de la intervención humana?
La Concilla "nos persigue" frecuentemente en nuestras marchas
Cordel, Hiján, Cornón... y la típica "boina" de Peña Labra y... más al fondo, Curavacas
Apacible disfrute del sol
Los límites deben quedar claros, bien marcados, para evitar controversias
El punto más alto, 1.735 mts.
Foto de rigor
Descenso a Rumaceo
De Rumaceo para abajo, cogemos una de las pistas, la que nos devolverá a la pista inicial, que vemos al fondo
Hermoso campo de brezos
Al final de la bajada, junto al arroyo, remojamos los pies, comemos y descansamos
Y cuatro gotas de agua apresuraron nuestra vuelta, una vez recuperada la pista inicial
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