Marcha combinada. Si la anterior fue brava, en esta combinamos niebla y sol, con el consiguiente mar de nubes, una vez superada cierta altitud.
Ya a mitad de subida del Puerto de San Glorio, comenzó la niebla, no muy espesa, al principio, pero bastante densa después. Al llegar al Alto y al Collado de Llesba, la niebla no invitaba demasiado, pero después de tan largo viaje… teníamos que intentarlo. Además, la subida a Coriscao no tiene pérdida, y con un poco de cuidado se podía intentar. Y lo hicimos.
Comenzamos, pues, en medio de la niebla y, ya desde el inicio, el camino entre escobales sirvió para que empezásemos a mojarnos. Después, en el Collado de La Guarda, al desviarnos a la izquierda para salvar la pendiente y caminar a media ladera, seguimos entre escobales, adivinando el camino, entre todos los posibles, pero sin coger el adecuado. Nos calamos. No obstante, la dirección no la perdimos y, en un momento determinado, buscamos el camino correcto que nos llevó hasta el Alto de Valdeloso. Allí dejamos las mochilas para atacar la cumbre por la vía directa, de frente, sin dar rodeo, como otras veces. Para entonces, ya habíamos superado la niebla y el panorama se había abierto, ofreciéndonos un resplandeciente mar de nubes y el emerger de las cumbres, como islas. Un verdadero espectáculo.
De vuelta, y después de comer en Valdeloso, cogimos el camino adecuado y el regreso fue coser y cantar. Al final, volvimos a darnos con la niebla, pero ya no importaba.
La distancia total a recorrer es de unos 9 kms. y el desnivel a salvar de unos 600 mts.
Esta es la localización de la zona
Ya a mitad de subida del Puerto de San Glorio, comenzó la niebla, no muy espesa, al principio, pero bastante densa después. Al llegar al Alto y al Collado de Llesba, la niebla no invitaba demasiado, pero después de tan largo viaje… teníamos que intentarlo. Además, la subida a Coriscao no tiene pérdida, y con un poco de cuidado se podía intentar. Y lo hicimos.
Comenzamos, pues, en medio de la niebla y, ya desde el inicio, el camino entre escobales sirvió para que empezásemos a mojarnos. Después, en el Collado de La Guarda, al desviarnos a la izquierda para salvar la pendiente y caminar a media ladera, seguimos entre escobales, adivinando el camino, entre todos los posibles, pero sin coger el adecuado. Nos calamos. No obstante, la dirección no la perdimos y, en un momento determinado, buscamos el camino correcto que nos llevó hasta el Alto de Valdeloso. Allí dejamos las mochilas para atacar la cumbre por la vía directa, de frente, sin dar rodeo, como otras veces. Para entonces, ya habíamos superado la niebla y el panorama se había abierto, ofreciéndonos un resplandeciente mar de nubes y el emerger de las cumbres, como islas. Un verdadero espectáculo.
De vuelta, y después de comer en Valdeloso, cogimos el camino adecuado y el regreso fue coser y cantar. Al final, volvimos a darnos con la niebla, pero ya no importaba.
La distancia total a recorrer es de unos 9 kms. y el desnivel a salvar de unos 600 mts.
Esta es la localización de la zona
Este era el panorama en el Collado de Llesba
Pero el ánimo que llevábamos era grande y nos aseguraron que arriba estaría despejado
La expresión denota que, a pesar de los inconvenientes, el ambiente era optimista
La primera imagen del Coriscao despejado que nos apresuramos a recoger, por si era la última
Al coger altura, fueron apareciendo los testigos que velaban nuestro caminar
El sol empezó a secar nuestras ropas
La Peña Gustal quedaba atrás
Alguien dijo que el entorno se prestaba para una verdadera clase de botánica
Y los conglomerados de la Peña Cascajal para una de geología
La cumbre nos llama, a lo lejos, aunque parece que alguien duda
Por fin, a la tercera, conseguimos llegar al Coriscao y disfrutar del panorama
No son ínsulas, que son montañas
Peña Santa, al fondo, Peña Remoña en medio, Llambrión, Cerredo, Tesorero...
No es la isla de Perejil, es el Macizo Oriental de Picos
Con la ropa seca y el estómago lleno no hay quien nos pare en el descenso
¡Cuánta belleza!
Decididamente, los caminos están para algo
Nos encaminamos hacia la niebla, pero nos da igual
En llegando al Collado de La Guarda, los coches quedan a tiro de piedra, aunque entre la niebla
Teníamos pendiente una ascensión al Coriscao como la de hoy, y hemos saldado la cuenta