Domingo, 6 de Marzo de 2011
Iniciamos este nuevo ciclo de cuatro marchas, repitiendo una de la que guardábamos buen recuerdo, bien porque está cerca de Torrelavega, bien porque, en la otra ocasión, tuvimos un día espléndido o bien porque es uno de tantos miradores que hay en el centro de Cantabria, desde los que las vistas, en días de sol, suelen ser impresionantes.
Al ser el trayecto de aproximación corto, no hicimos parada ritual de cafetucu y a las diez ya estábamos caminando. El día se presentaba de sol radiante.
La marcha parte del Collado Trascampo, en la parte alta de la carretera que una San Felices con Puenteviesgo, cerca de Cohíño. Cogemos una pista que discurre, al principio, por entre un eucaliptal joven, después por un pinar, también, joven, para, pasando una portilla, salir a campo abierto, donde se puede abandonar la pista, pisar suelo mullido, pero sin abandonar la dirección que la pista sigue. Si no se quiere crestear por la sucesión de lomas que conforman el cordal, se puede bordear éste por su izquierda, cosa que hacemos nosotros, hasta llegar al collado de la Valleja, donde hay un refugio abierto, que se puede utilizar si es necesario, pero este día no era el caso.
Continuamos en dirección a la cumbre, solo que al llegar al pinar, nos adentramos en él, buscando atacar la cumbre rodeándola por la izquierda, resultando una ascensión más suave. También se puede subir de frente porque la subida no es dura.
La vuelta la hacemos bajando a derecho para seguir después por el mismo camino por el que habíamos subido.
Comimos en el pinar y, como sobraba tiempo, hasta echamos una pequeña siesta.
A lo largo del día, el cielo se fue ensuciando, quedando el paisaje un tanto difuso, envuelto en suave bruma, por lo que las fotos no reflejan la espectacularidad del panorama, pero, en conjunto, el día que nos hizo fue muy bueno.
Iniciamos este nuevo ciclo de cuatro marchas, repitiendo una de la que guardábamos buen recuerdo, bien porque está cerca de Torrelavega, bien porque, en la otra ocasión, tuvimos un día espléndido o bien porque es uno de tantos miradores que hay en el centro de Cantabria, desde los que las vistas, en días de sol, suelen ser impresionantes.
Al ser el trayecto de aproximación corto, no hicimos parada ritual de cafetucu y a las diez ya estábamos caminando. El día se presentaba de sol radiante.
La marcha parte del Collado Trascampo, en la parte alta de la carretera que una San Felices con Puenteviesgo, cerca de Cohíño. Cogemos una pista que discurre, al principio, por entre un eucaliptal joven, después por un pinar, también, joven, para, pasando una portilla, salir a campo abierto, donde se puede abandonar la pista, pisar suelo mullido, pero sin abandonar la dirección que la pista sigue. Si no se quiere crestear por la sucesión de lomas que conforman el cordal, se puede bordear éste por su izquierda, cosa que hacemos nosotros, hasta llegar al collado de la Valleja, donde hay un refugio abierto, que se puede utilizar si es necesario, pero este día no era el caso.
Continuamos en dirección a la cumbre, solo que al llegar al pinar, nos adentramos en él, buscando atacar la cumbre rodeándola por la izquierda, resultando una ascensión más suave. También se puede subir de frente porque la subida no es dura.
La vuelta la hacemos bajando a derecho para seguir después por el mismo camino por el que habíamos subido.
Comimos en el pinar y, como sobraba tiempo, hasta echamos una pequeña siesta.
A lo largo del día, el cielo se fue ensuciando, quedando el paisaje un tanto difuso, envuelto en suave bruma, por lo que las fotos no reflejan la espectacularidad del panorama, pero, en conjunto, el día que nos hizo fue muy bueno.
Esta es la localización de la zona
Y este el esquema de nuestro recorrido
Iniciamos la marcha por medio de este eucaliptal
Seguimos por este pinar
Para llegar a campo abierto, desde donde ya podemos empezar a contemplar el panorama
Estas son las tres opciones. Nosotros elegimos la de la izquierda
Los senderos de ganado sol multitud y, cada uno de nosotros escoge el suyo
Este refugio puede ser un buen cobijo en caso de necesidad
Al fondo, Cuera, nuestro objetivo, esta vez.
Nos adentramos en este pequeño pinar que encontramos a la izquierda
Después de rodearla por la izquierda, hemos llegado a la cumbre
El contraluz y algo de bruma en la horizonte desdibujan los contornos, pero las vistas son buenas
Comemos al sol para preparar la siesta
El descenso, hacia la Valleja es libre, como se ve en la foto
A la altura del refugio, tiramos a media ladera
Nos dirigimos al final de la braña
Pasamos la portilla para terminar con el tramo final
Con el macizo del Dobra enfrente, sólo nos queda franquear el barro que la erosión que producen los eucaliptales acumula en los rellanos del camino
Pero, antes de terminar, no podemos menos que pararnos para contemplar este otro pequeño-gran espectáculo: más de cuatro metros de procesión, atravesando el camino, de pino a pino.